Dos jóvenes forjándose un sueño
Geison Castro Urbina y Harold Andrés Saborío Arce no son hermanos. Su sangre, su ADN, distan mucho de lo que el término mismo define como hermandad. No obstante, actúan como si lo fueran. Viven bajo el mismo techo, van al mismo colegio, están en el mismo equipo de fútbol, pero sobre todo comparten el mismo sueño: triunfar en el difícil mercado del fútbol.
Los dos integran el equipo U-15 de la Asociación Deportiva San Carlos. Forman parte de un proceso de selección reciente, realizado por la institución. Uno ha vivido la mayor parte de su vida en San Joaquín de Kutris; el otro, en un barrio al oeste de Ciudad Quesada.
Los kilómetros del éxito
Geison Castro, el de San Joaquín, ha recorrido centenares o quizás, miles de kilómetros detrás de su sueño. Viajaba todas las semanas desde su pueblo hasta Ciudad Quesada para entrenar viernes y sábado, y jugar domingo con el proyecto Saprisa en Linafa. Cuando se le presentó la oportunidad de ingresar a San Carlos, encontró en la familia de Harold, al samaritano que le dio alojamiento para estudiar y perseguir con más determinación lo que tanto anhela: ser un profesional del fútbol.
Castro Urbina tiene claridad en que su velocidad, técnica y regate, son sus principales virtudes. Corre la banda izquierda, ya sea como defensa o medio ofensivo. También le ha tocado jugar como volante mixto. El primer entrenador fue su padre Pedro Castro, un ramonense a quien su trabajo en el MEP lo hizo residente de San Joaquín, un pueblo situado antes de Coopevega de Kutris.
El chico afirma que los viajes desde San Joaquín eran cansados pero su papá y los entrenadores (actualmente lo dirige Juan Pablo Guzmán) lo han motivado mucho.
«Los entrenadores siempre me han motivado. Cuando tengo un mal juego, me dicen que siga adelante, que yo puedo. Igual pasa con mi papá, siempre me dice que siga esforzándome, que yo tengo las habilidades para triunfar»
Geison Castro Urbina
Para él, la llegada. a San Carlos ha sido extremadamente importante. Considera que aquí hay mucho futuro
«San Carlos es un equipo que ya es reconocido a nivel nacional y también internacionalmente. Es muy bonito estar en esta institución dónde lo tratan muy bien a uno y tienen muy buen trabajo» agrega el joven
La bendición de servir al prójimo
Así podría interpretarse lo manifestado por Harold Andrés. Dice que la hermandad surgida entre él y Geison, los ayuda mucho. «Mi familia está muy feliz», expresa sin dudarlo. Explica que sus padres son muy conscientes del gran esfuerzo realizado por Geison para no faltar a los entrenamientos, a pesar de la lejanía de aquel momento. Por eso, ahora sienten que con su hospitalidad le están devolviendo algo, de lo que se ganó con ser una persona responsable.
Los dos están muy conscientes de la importancia que tiene el ser disciplinado. Por eso, ahora nunca faltan a los entrenamientos. Tienen claro que «si no se le da a uno el fútbol, ya cuando tenga un trabajo, seremos responsables». En la medida de lo posible, según dicen, cumplen las recomendaciones de una sana alimentación y un adecuado descanso. así como tratar de no estar pegados al teléfono como es común en las personas en la actualidad.
Los dejamos con un extracto de la conversación con estos… luchadores por sus sueños.
