Nueve jugadoras de la Asociación de Voleibol de San Carlos, ASOVOL, han recibido el llamado de los seleccionadores nacionales para integrarse a la representación patria. Una Selección Nacional, independientemente de la disciplina deportiva que sea, casi siempre representa un objetivo para cualquier deportista.
En el caso de las jugadoras sub-20, integrarán la pre-selección que trabajará bajo las órdenes del técnico Henry Rodríguez Cajina. Las sancarleñas convocadas son Sheila Álvarez Cortés y Paula Romero Garro quienes tienen apenas 14 años y ya ingresan a esta lista de privilegio. Hay tres chicas de apenas 15 años, Joselyn Murillo Orozco, Melany Sofía Quesada Amores y Angélica Rodríguez Esquivel. Con 16 años, ingresaron en el grupo Ariana Esquivel Zamora y Silvana Savaleta Méndez: Finalmente, Lucía Cisneros Quesada y Liseth Arroyo Orozco, ambas de 17 años.
Sheyla Alvarez Cortes 
Liseth Lizade Arroyo Orozco 
Lucia Cisneros 
Ariana Esquivel Zamora 
María Paula Romero Garro 
Silvana Zabaleta Méndez 
Melany Sofía Quesada Amores 
Joselyn Murillo Orozco 
Angelica Rodriguez Esquivel
Estas jugadoras, al menos en su gran mayoría, llegaron a la Asociación siendo niñas. Iban a la escuela, es decir, tenían 7 u 8 años, según nos comentó la Presidenta de ASOVOL, Liseth Garbanzo. De esta manera se comprueba lo que la mayoría sabemos y que uno de estos días mencionábamos en otra nota, sobre el pensamiento «tatuado» en el ADN de los japoneses: tarde o temprano la disciplina resulta ser más importante que la inteligencia.
Estas jóvenes viajan a entrenamientos los sábados o domingos, pues la selección trabaja en días diferentes, sobre todo con el fin de no afectar la labor de los equipos.
Para algunas, esta es la primera experiencia en Selección. Para otras, es simplemente la confirmación de que el esfuerzo y dedicación utilizado en extenuantes jornadas de entrenamiento, tiene una recompensa. Muchas puertas, especialmente para becas universitarias, se abren por medio del deporte, y con el voleibol, no es la excepción. De hecho, ya existe al menos una jugadora que recibe una remuneración económica mensual por parte del ICODER, como un aliciente para que continúe con la formación en esta disciplina.
