La victoria bien lograda por los Toros del Norte ante el cuadro Tibaseño resultó insuficiente. Ya se sabía. Cuando no se depende de sí mismo, queda hacer lo tuyo y esperar la ayuda de otros. Jicaral aportó y doblegó a Cartaginés; Limón F.C. en esta ocasión no logró el «milagro» para evitar el triunfo de Herediano, y los norteños vieron morir la esperanza a falta de 30 minutos para terminar la fase clasificatoria.
El gol de Ariel Soto para el cuadro rojiamarillo en el estadio Fello Meza al minuto 60 del partido contra Limón, proporcionó la primer herida a las esperanzas sancarleñas, las cuáles hasta ese momento decían que San Carlos era cuarto lugar del torneo y estaba «adentro». La daga la terminó de hundir Francisco Rodríguez quién al minuto 69 consiguió el segundo gol para los pupilos de Luis Marín. Se llegó a la orilla, se vio tierra pero no firme. Se nadaba en el pantano de los viejos errores, en el fango de los tantos despistes que ya presagiaban el trágico final.
Un buen partido contra un Saprissa permisivo
El juego de San Carlos ante un Saprissa lento y de pocas propuestas ofensivas, resultó esperanzador desde el principio. Los Toros fieles a su accionar durante el torneo llegaron con la convicción de buscar la victoria. Conocedores de la urgencia de un gane, como única arma para abrigar la opción de meterse a la fiesta grande, buscaron siempre el marco rival.
El árbitro David Gómez pitó una dudosa falta de penal de Ricardo Blanco sobre Rachid Chirino a los 12 minutos, y el goleador Álvaro Saborío se la tiró suave a las manos del portero Cruz quién ahogó el primer grito de gol. Sin embargo, pronto llegó la revancha para «Sabo». A los 34 otra falta de penal, ahora del portero Cruz sobre Marco Mena y el ariete norteño esta vez sí acabó con la resistencia de Aaron Cruz. Fin de la primera parte.
A 45 minutos de clasificar.
Los Toros del Norte salían a la segunda parte «ilusionados». Herediano empataba ante Limón y Jicaral hacía lo mismo ante Cartaginés. El cuarto lugar era de los norteños. Había que seguir en la misma línea. Buscar más goles, asegurar la victoria.
El segundo gol llegó al minuto 56 del partido. Marco Mena volvió a ser protagonista. Saborío lanzaba su tercer penal de la tarde. Aarón volvía a adivinar y rechazó al costado. El pequeño delantero Mena Rojas siguió atento la jugada y cazó el rebote para vencer a Cruz.
Los demás se veía venir. Se supo en la cancha de los goles marcados por Herediano y el fuego de los errores del pasado pobló el bosque de los recuerdos de los Toros. «Sombras nada más» como cantara el interprete Mexicano Javier Solís. La suerte estaba echada. La esperanza se desvaneció en la orilla. No la mató el sacrificio de la última batalla, fue lentamente asesinada por los ingratos errores de momentos reales, que ahora son solo un mal recuerdo.