Se fue Douglas. Ya había renunciado dos veces y se “controlaba” la rabieta.
Ahora sí, el adiós fue definitivo. La dirigencia sancarleña, muy influenciada por el criterio de Luis Carlos Chacón, ya tenía tomada la decisión. No habría “nuevos arreglos”.
Volvió a tener diferencias con sus dirigidos y el adiós definitivo llegó. La “era Sequeira”, la cual nunca a alcanzó un “vox populi” positivo, registró su capítulo final.
Códigos en el fútbol: Douglas y Jeaustin
Existen en un equipo de fútbol “códigos secretos” que nunca pueden romperse; al menos para un técnico. En todo camerino; de equipo Grande, de equipo chico, existen líderes que asumen el mando de la colectividad. Ese “manejo de liderazgos” es innegociable para cualquiera que se siente en un banquillo; claramente se diría así: “O lográs mantenerlo o estás fuera”.
En San Carlos, a lo largo de más de 25 años, “he sentido de cerca esas rupturas”. No hay que estar dentro para palparlo; de lejos comienza a llegar esa sensación extraña de que “la cosa no camina”.
Los más recientes que recordamos con claridad, Jeaustin Campos y Douglas. El ahora técnico de Saprissa, en un partido contra Herediano responsabilizó al grupo de jugadores del resultado: unas jornadas después estaba fuera del equipo.
A Douglas comenzamos a “olfatear” su caída luego de “vender” a Roberto Córdoba tras un partido en Pérez Zeledón. Habló públicamente del jugador. No estuvieron de acuerdo “los capitanes” del equipo y…se habló, se dijo: “hablamos y todo está bien”. ¡Ummjú! ¡Seraaaá!
Luego… los diferendos con McDonald. Es conocido por “toda La Villa”. El Mac se fue de un entrenamiento molesto y aseguran que el DT dijo: “Se va él o me voy yo”. Eso fue hace unas dos, tres semanas. Mucho “diálogo” y todo “arreglado”. ¡Ah sí! ¡Mirámelas, diría mi abuela!
¿Quién se fue?
Figuras y fisuras
No existe interés en esta columna de hablar en contra de nadie. Es una simple opinión. Eso sí, por la pasión con la cual vivimos “nuestro innegable sancarleñismo”, sí creo que algo debe dejarnos esta experiencia.
Pero sí es cierto, que en todo grupo humano, en toda empresa, en toda institución, hay figuras que crean fisuras. Hay personas que, tristemente, tienen la “especialidad” de robarse la energía que construye. Y quiero dejar claro que no me refiero a ninguno de los nombres aquí mencionados. No y rotundamente no. Podría ser cualquiera.
El detalle está en que el dirigente debe estar muy “despierto” para identificar con quién se puede contar y con quién no. Estamos claros en que hay liderazgos positivos y liderazgos negativos. Quién induce a sus compañeros a planear “fiestas”, que terminan siendo borracheras y… mucho más…, no puede ni siquiera llamarse profesional.
Ser profesional no se trata solo de estar dedicado a una actividad en formar exclusiva, ni tener un título. Implica tener un comportamiento que vaya acorde con el cumplir la responsabilidad para la cual se te paga. Y lamentablemente, aquí hay de los primeros. Y claro, también de los segundos. ¡Eso sí, lo afirmo con conocimiento de causa!
De ideas e ideologías
«Una cosa piensa el burro y otra el que lo arrea»
Así dice un dicho popular de nuestros campesinos.
Hay que reconocerle a Douglas Sequeira que fue un tipo trabajador. Lo vimos trabajando muchas veces en el estadio a distintas horas. Con el grupo completo, con parte del grupo, si era necesario. Antes de los partidos, después de los partidos.
Me atrevería a decir que luchó por implementar sus ideas en la planilla de San Carlos. Y creo que lo consiguió en gran parte.
Eso sí, también creo que algunos no fueron plenamente sinceros con «su jefe». O no estaban de acuerdo, o no le entendían, o simplemente… «se cansaron» de «sus cuadrados», de 3-1-3-3, de su 4-3-3, de su «salir con la pelota limpia»; de sus respuestas a las «buenas preguntas»…
¿Murió con sus ideas? Ahora no sé, si se pueda decir así. Es que no lo despidieron. Él se fue. ¿Entonces? ¿Qué más había en esa relación «fisurada»?
El hombre ha tenido muchos detractores. Es un hecho. Personalmente creo que para triunfar en la vida debés ser fiel a tus ideas. Eso sí, también hay que estar atento a escuchar y no podemos caer en la terquedad.
Al fin, los deportes y los colectivos con mayor razón, son de «hacer equipo». No son solo tus ideas; son las ideas con las que todos, o al menos la mayoría, puedan «comulgar».
¡Es simplemente… una opinión! Si usted leyó hasta aquí…¡me encantaría conocer la suya!