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DEPORTE NACIONAL

Herediano frenó a Saprissa

Cantidad y calidad de goles

El clásico del buen fútbol hizo honor a su nombre. Fue un buen partido. Hubo de todo. Goles en cantidad y calidad, doblete, expulsión, y homenaje póstumo. La carga emocional para el Club Sport Herediano era vasta. Dos partidos jugados, dos derrotas. Y sobre todo, el sentido fallecimiento de su jefe de prensa Alejandro Oviedo, a inicio de semana.

Ganar: única opción

El equipo de «las grandes jornadas» lo tenía claro. La única opción para sonreír después de su partido en el Ricardo Saprissa, era vencer al líder del campeonato. Un Deportivo Saprissa que inició el torneo con la pólvora encendida.

La senda de la victoria se abrió con un golazo de Keyner Brown. El remate conectado desde el borde del área chica, fue imparable para Cruz. Llevaba potencia y colocación. El segundo gol florense llegó cuando el marcador estaba igualado a 1. Fue producto de un error de David Guzmán quién permitió a Jelsin Tejeda, tomar un balón perdido en salida para habilitar a Jonathan Macdonald quién definió con clase: remate raso y colocado ante la salida de Aaron.

Guzmán apagó la sonrisa a Herediano

El Club Sport Herediano sufrió dos dardos provenientes del botín derecho de David Guzmán. El «criticado» contención del Saprissa logró un doblete en el «clásico del buen fútbol». Y no solo fueron dos. Lo más digno de resaltar es la calidad de las anotaciones.

El primer gol fue producto de una habilitación perfecta de Mariano Torres. Guzmán dominó con categoría y conectó un «derechazo» para colocar la pelota en el ángulo superior derecho del portero Brayan Segura.. La segunda acción fue un toque maestro de pierna derecha, tras un balón que Bolaños había estrellado en larguero. La floja marca de Yael López, permitió al saprisista rematar a placer para vencer por segunda vez a Segura. Guzmán había cometido un error en salida que facilitó el segundo gol florense. Finalmente, para terminar de ser protagonista de la historia, Guzmán se iría expulsado.

Galo sentenció

Orlando Galo fue el salvador. Tras un lanzamiento de esquina que alargó Aaron Salazar de cabeza, logró conectar un remate potente, a pesar de la dificultad de la acción y acabó con la resistencia de Aaron Cruz. El tiempo que restaba no alcanzó al equipo morado. La «saprihora» tenía restricción; se había marchado temprano.

Y al final, la primera sonrisa de técnico mexicano David Patiño. En esta no tuvo que recordar la frase…»y ahora quien podrá defenderme». Sus dirigidos salieron al rescate y tal parece que los saprisistas «no contaban con su astucia».

La Casa del Profe

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