ASOCIACIÓN DEPORTIVA SAN CARLOS
Lo descubrió la playa: la vida lo empujó hacia el norte
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Por
Marvin Méndez
A los 4 años se «escapaba» de la casa situada junto a la playa en Tárcoles de Garabito, para ir a patear la bola con sus hermanos en una cancha de arena, nos cuenta su madre María Eugenia
Andrick José Sandí Lizano no ocupó un mentor para que lo guiara hacia el fútbol. Su pasión natural por patear un balón, la descubrió la naturaleza de la playa, la arena, la brisa de pacífico.
Actualmente, el muchacho a sus 15 años es una de las promesas que alberga la Casa Club de la Asociación Deportiva San Carlos. Ahí convive con jóvenes de diferentes edades que integran las divisiones menores de los Toros. Él pertenece a la U15 que dirige Juan Pablo Guzmán, uno de los tantos técnicos con licencia A que laboran para los norteños.
Kike Vásquez su primer entrenador
Sandí Lizano vivió su primera experiencia en una escuela de Fútbol con el ex-jugador (lateral izquierdo) de Liga Deportiva Alajuelense, Enrique Kike Vásquez, el cual tenía un proyecto en Herradura de Garabito. Sus padres lo llevaron a esa escuela y al «visor liguista» le gustó. -«Me dijo que tenía futuro», señala Andrick
«Cuando nos fuimos para San Carlos me puse un poco triste, porque, diay, a mí me gustaba mucho entrenar con Kike»
Nos comentó el chico.
De hecho, según nos relata con transparencia, el dejar su Garabito natal a los 9 años, fue una experiencia difícil de asimilar. – «Al principio no me gustaba mucho esta zona, yo prefería la playa». Y es que existen evidentes razones, porque además de su pasión por jugar al fútbol, el muchacho a su corta edad, tiene otra que requiere mucha paciencia y tiempo: la pesca
Llegó a una filial de San Carlos
Como la familia se trasladó a vivir en Aguas Zarcas, su mamá doña María Eugenia decidió llevarlo a la filial de San Carlos en Viento Fresco de Aguas Zarcas donde trabajó con el profesor Melvin Gómez. En una oportunidad que hicieron un amistoso contra la escuela de fútbol de San Carlos, el profesor Carlos Corrales lo vio y les pidió que si podían integrarlo directamente a la escuela de Ciudad Quesada. Ahí comenzó el proceso.
Muchos kilómetros recorridos desde ese momento. Y cantidad de dinero invertido por su madre, a pesar de disponer de recursos limitados. «Ahora San Carlos nos está ayudando para que él viva en la Casa Club- dice la señora Lizano.
Además de Carlos y Felipe Corrales, ha sido dirigido por Sergio Jiménez, Víctor Portuguez, Ronald Alvarado y Juan Pablo Guzmán. A ellos
«Mis hijos y yo nos sentimos orgullosos de que él esté ahí, porque le enseñan mucha disciplina. Y sobre todo, porque el ama el fútbol»
Palabras de su mamá María Eugenia Lizano.
Según la visión de la progenitora de Sandí Lizano, la puesta en práctica de los valores de la sana convivencia son fundamentales para poder alcanzar el éxito. Por eso, ella les recalca a sus hijos, cuál debe ser el comportamiento que deben tener siempre.
«Él, al igual que mis otros dos hijos, es un muchacho muy respetuoso, humilde y obediente. Es algo que yo les digo mucho a él y a los otros. Que nunca deje de ser así, responsable y disciplinado y que trate de no darse al malquerer: más bien, que trate de llevarse bien con sus compañeros y entrenadores»
En la actualidad, ella es «cabeza de su hogar». Residen en Las Delicias de Aguas Zarcas, junto a Nigel su hijo mayor y a Gino, quien es el menor.
El sustituto de Keilor
Probablemente el guardameta de PSG, Keilor Navas, era uno de sus ídolos en el inicio de que es apenas una «corta carrera». Lo que hacía regularmente era «atajar».
«De hecho cuando él estaba en la escuela de Kike, allá en Herradura, lo que le gustaba era la portería. Él ahí era portero. Ya cuando se metió aquí en Viento Fresco, lo empezaron a poner en el medio campo y lo dejaron ahí porque vieron que era bueno. Igual cuando llegó Carlos Corrales, lo siguieron formando para desempeñar ese puesto»
Narra su madre
Experiencia internacional
Una de las experiencias que el chico más atesora hasta el momento, es un viaje realizado con la escuela de fútbol de San Carlos a Guatemala. Fue en el año que una empresa de Telecomunicaciones organizó una copa de fútbol en Costa Rica y que les permitió viajar con todos los gastos pagos al hermano país.
«Hasta el momento, mi mayor experiencia gracias al fútbol fue cuando viajé a Guatemala. La experiencia fue inolvidable».
Comenta Andrick
De igual manera, sus sueños además de jugar en Primera División en Costa Rica, se desbordan hacia fuera del país. Y también se nutren de nobles ideales, los cuáles regularmente acompañan a quienes han sentido en carne propia las «heridas» provocadas por las limitaciones.
«El fútbol es lo que me hace feliz. Mi sueño es poder llegar a ser profesional y jugar ojalá en Primera División con San Carlos, y si Dios quiere, poder jugar en el extranjero. Si se da la oportunidad y así poder sacar a mi familia adelante»
Este chico, quien también es amante de los animales, actualmente cursa el noveno año en la secundaria. Es un joven que irradia alegría y que al ingresar al campo de juego tiene una doble misión.
La primera, es natural; no implica esfuerzo alguno: disfrutar con el balón pegado al pie. La segunda, es más altruista y requiere disciplina: debe triunfar por él y por su familia.
Sé que suena cruel, pero a veces, la necesidad ha inspirado a los «grandes de verdad en el fútbol». Historias así hay muchas. Tal vez, estas humildes páginas sean la introducción de una historia cuyo guion, no ha ni comenzado a gestarse.
¡Todo depende del protagonista principal de la «película»!