Corría el minuto 65 del partido entre Fútbol Consultants y el Deportivo Puerto Golfito F.C. El cuadro sureño perdía 0-1. En el banquillo un chiquillo esperaba nervioso que se hiciera realidad lo que el profesor le había dicho horas antes. «Esté preparado. Mañana va a debutar».
Humberto Hidalgo forma parte de un grupo de 14 jóvenes promesas que Walter el «Paté» Centeno «encontró» en las faldas del volcán Arenal. Sí, efectivamente.
En su búsqueda de talentos para un proyecto personal: «Apoyo para su tierra natal», (así le podríamos llamar), el Rey los localizó, no a las puertas de su castillo, lo hizo en las llanuras próximas al coloso de La Fortuna de San Carlos.
Volvamos al juego. Pierde tu equipo 0-1. No estás en el banquillo. Observás desde el palco, pero… sabés lo que tenés. Son jóvenes figuras. Las fuiste a ver en su propio entorno. Trabajaste con ellos ahí, observado por la mirada atenta de sus familias, de sus amigos.
Centeno y Edu Valenzuela trabajaron por casi 3 meses en el Proyecto Escuela de Fútbol de Bien Social en Los Ángeles de La Fortuna.
Gradas, banquillo: «pura fantasía»
Tal vez sea ficción. Imagino al «Rey» enviando un mensaje al Profe. ¡Dale! ¡Dale oportunidad al chiquillo! Si ya lo tenías decidido, pues dale.
-¡Hidalgo!, ¡Blanco! Sí, los dos. ¡A cambiar el juego!
Ingresaron al minuto 65. Y el partido cambió; el marcador cambió.
Posiblemente el ímpetu. Quizás las oraciones de Humberto.
«Cuando cayó el gol del empate sentí que íbamos a ganar. Nosotros sabemos el equipo que tenemos. Yo sentí que en serio, íbamos a darle vuelta al marcador. Ese último gol yo se lo pedí a Dios. Yo le dije que si nosotros nos merecíamos eso, que nos dejara sacar los tres puntos. Creo que Él me escuchó.»
Humberto Hidalgo, jugador fortuneño de 17 años.
El gol no fue de Humberto, pero él lo celebró como si lo hubiera hecho. Hidalgo cerraba por la derecha cuando su compañero Kevin Chinchilla lanza un balón casi desde el vértice izquierdo.
«Yo en realidad pensé que era un centro», pero lo importante es que el balón entró, narra con sencillez el muchacho.
«El profe me había dicho el día antes, el viernes que tuvimos entrenamiento, qué el me iba a poner a debutar, que estuviera listo. Me dijo que nada más disfrutara.»
¿Qué sintió cuando le dijeron que calentara?
«Para mí fue un momento inolvidable. Esos instantes vividos no creo que los vaya a olvidar nunca. Recordaré que cuando yo debuté pudimos empatar y ganar en solo 5 minutos. Todo lo que he hecho durante los meses que he estado en el equipo ha valido la pena.»
El joven fortuneño relata que quizás no fue como imaginó desde pequeño. «Muchas veces soñé que en mi debut iba a anotar un gol», añade. En todo caso, señala estar feliz porque al fin pudo vivir una gran alegría junto a sus compañeros como lo es darle vuelta a un marcador cuando él y Esteban ingresaron al partido.
El «Rey» simplemente sonreía
¿Sonreía? En verdad no lo sé con certeza. Pero…sí es sencillo imaginarlo. Cada buen paso que den estos muchachos tiene un poquito de su sello. Un poquito de su convicción.
El hombre siempre habla de la necesidad de generar cambios para que el fútbol en Costa Rica evolucione. ¡Está volado!, dicen muchos. Tal vez sea cierto. Varios «locos» han cambiado el mundo que tenemos hoy.
Ahora impulsa un proyecto que tiene una idea de juego diferente. Una de esas locuras que apoya el «Paté». Será poco a poco. Será paso a paso. Y quizás, solo quizás… un día diremos: ¡Ese loco tenía razón!