La Asociación Deportiva San Carlos volvió a recibir 5 goles. El deportivo Saprisa aprovechó los grandes espacios que dejó el cuadro norteño para castigarlo sin piedad. Solo la capacidad goleadora y el buen momento que vive Jorman Aguilar, maquillaron con sus 3 anotaciones la goleada.
La primera parte fue la peor que le hemos visto al equipo dirigido por Luis Marín. El rival entraba por todo lado al área sancarleña. No se observaba ni en lo deportivo, ni en lo emocional una voz que se alzara para tratar de detener una debacle que en la primera parte salió barata.
Los goles marcados en la primera mitad por Ariel Rodríguez, Cristian Bolaños, un autogol del portero Patrick Pemberton y José Rodolfo Alfaro, pudieron ser 7 u 8. En el segundo periodo el equipo se vio diferente. Ahí es donde cualquiera comienza a pedir explicaciones. ¿Por qué dos caras tan diferentes de un mismo equipo? Porque si el primer tiempo terminó 4-1, tendríamos que decir que el tercero fue 1-3 a favor del San Carlos.
El técnico Luis Antonio Marín diría en conferencia de prensa que él mismo buscaba una explicación. Los jugadores sancarleños también están claros en que el asunto pasa más por un elemento mental.
Las preguntas son muchas. Las respuestas parecen una mentira piadosa. Sobre todo, porque durante el primer tiempo parecía que el «alma del equipo» se había extraviado. Era sencillo deducir «no hay compromiso». En el segundo tiempo, comenzaron a caer los goles de Jorman.
Quizás por eso, las preguntas tomaron fuerza y la confusión llegó en las respuestas. ¿Dónde está la explicación que ansiamos?