El Alianza de El Salvador nos volvió a exponer. Nos quitó todas las prendas que cubrían nuestras esperanzas y nos dejó “al desnudo”. Nos ganó en velocidad física y mental. Volvimos a cometer errores de principiante. Es duro decirlo pero no hay otra forma.
En un tiro libre, muy cerca de nuestra área, dejamos libre a un jugador sobre el costado, el cual tuvo la libertad de sacar un centro-remate que nos costó el primer gol. Y en el segundo, una marca muy tímida, permitió que un jugador rival pudiera desbordar y sacar un certero remate que no pudo desviar el portero Madrigal.
El cambio de línea en la defensa, para colocar 3 hombres por el centro y dos laterales (línea de 5) parecía una buena opción. No resultó. Una vez más el infortunio nos quita a un jugador en poco tiempo de partido. Lesión de Esteban Ramírez.
En ofensiva, nos faltó mayor picardía, mayor innovación, mejores habilitaciones. La verdad, deberíamos decir que no tuvimos la suficiente claridad. Jugamos con bastante corazón y nada más.
Sinceramente, quedamos al borde del abismo. Casi condenados a que el Alianza no marque en el Morera Soto la próxima semana. Al fin, es fútbol. Nada está escrito aún.
Una sola verdad. Hay que mejorar mucho, para ganar la serie ante el Alianza. Fin de la historia.
Lic. Marvin Méndez Morales