El Deportivo Saprissa derrotó 2-0 al Municipal de Pérez Zeledón en el cierre de la jornada 13 de la Liga Promérica. El equipo de Mauricio Wright no había vuelto a saborear una victoria desde la fecha 8 cuando se impuso a la Liga Deportiva Alajuelense.
La técnica y los palos
El primer tiempo ofreció alternativas del gol para los dos equipos. Uno las pudo capitalizar y el otro, debió conformarse con el ¡Uuuyyyy! que en «aquellos lejanos tiempos» coreaba la tribuna.
Marvin Angulo remata para conseguir el 1-0 para los morados (Foto Prensa SAP)
El gol fue conseguido por Marvin Angulo. Su riqueza técnica le permitió interceptar un difícil balón alargado de cabeza por Cristian Bolaños, para colocarlo en el ángulo superior izquierdo del portero generaleño. Más tarde, el horizontal se «ensanchó» para el volante saprisista y le negó su doblete.
Para los visitantes fue Luis Carlos Barrantes quien debió sentir la frustración de dos balones devueltos por los postes para negarle el empate a su equipo. Así, la primera parte terminaría con la mínima ventaja para el equipo local.
Asedio Morado
El inicio de la segunda parte se tiño de morado. El cuadro capitalino ingresó con solvencia sobre derecha y sobre izquierda impulsado por Angulo y por Torres. El monólogo ofensivo saprisista ofreció opciones a Mariano en remate de media distancia; a Julen Cordero con cabezazo dentro del área chica y a Bolaños. Este último con un ramillete de opciones sobre el callejón derecho..
Pérez Zeledón se sacudió un poquito hasta el minuto 20. Un ataque por la derecha terminó en una falta sobre el recién ingresado, el debutante panameño Manuel Morán. El tiro libre no fructificó.
Mariano Torres anotó el segundo gol para los morados (Foto Prensa SAP)
Volvía el saprissa. Tiro libre al borde del área al minuto 22 del complemento. Mariano la envió sobre la barrera y no llegó Jussef Delgado. Saprissa 2-0 Pérez Zeledón.
Minuto 31. Jimmy Marín cazó un centro justo, medido, que salía del botín de Christian Boñalos. Estaba al 4 metros del marco. Balón al horizontal y a hundirse en la portería sureña. Ya era un goleada.
Corrió el reloj. El campeón estaba tranquilo. ¿Y Pérez Zeledón? No, no tuvo para responder.