Así se desarrolla el deporte del boxeo en un cantón con poca tradición, cultura y exposición mediática hacia esa disciplina. Pedro Miranda ha sido uno de los solitarios de la llanura, quien con su constancia y pasión ha logrado mantener viva la llama, a pesar de las dificultades y las poquísimas voces de apoyo encontradas por el camino.
Uno de sus motores principales para continuar con su idea activa, sin lugar a dudas, ha sido la presencia en los cuadriláteros de sus dos hijos: Pedro y Pablo. El primero, dos veces campeón nacional en los 81 y 91 kilogramos respectivamente. El segundo, recién acaba de obtener su tercer campeonato en los 91 kilogramos.
La academia Miranda, como ya muchos la conocen, ha trabajado por años en condiciones muy difíciles. Sin un lugar fijo que ofrezca las facilidades mínimas para practicar este deporte y con muy pocos implementos disponibles. Hasta ahora, gracias al trabajo de Daniel Alvarado y otro grupo de personas que están en proceso de crear una Asociación de Boxeo para San Carlos, al menos disponen de un lugar digno para preparar a los muchachos y tratar de inducirlos a explorar las habilidades que poseen, mismas que en muchos casos desconocen.
De la marginalidad a la ilusión por la gloria
La comunidad de Cedral situada al norte de Ciudad Quesada posee una variada realidad socio-económica y es ahí, donde se encuentra una de las raíces que sostiene al boxeo en San Carlos. En ese caserío, predomina la población que debe dejar a sus hijos adolescentes solos durante grandes periodos, porque hay que salir a buscar los recursos que generen el sustento a las necesidades básicas. Un terreno fértil para la venta de salidas fáciles a la complejidad de la vida.
Cedral ahora suda a sus jóvenes, los cansa, los lleva a buscar pronto un lugar para el descanso, y además, los lleva a edificar pirámides de esperanza mientras el sueño los alcanza. Esperanza de que el éxito se puede lograr con trabajo. Por eso, lunes y viernes se reúnen en un local que el Director de la escuela del pueblo, Abdenago Piedra les ha facilitado para que puedan trabajar con las mínimas comodidades que se requieren.
30 personas, de todas las edades, se encuentran dos veces por semana, según las posibilidades locativas lo permiten para, en cumplimiento de los protocolos del Ministerio de Salud Pública, poder realizar los trabajos de preparación establecidos para cada sesión. Los Miranda dirigen los entrenamientos; Alvarado y sus colaboradores, trabajan en la logística y siguen pendientes de los avances del proyecto ADEBOX.
No hay pago, no hay beneficios económicos y muy poca «exposición de marca», porque la marca del boxeo en San Carlos tiene pocos seguidores. Quizás, si los golpes fueran lanzados por los hijos de los hijos de quienes colocaron las primeras piedras a la ciudad de los Quesada, tendrían otras condiciones para construir el sendero que golpe a golpe los conduzca al camino brillante de la ciudad de Los Cedros, de esos que nunca se doblegan.