DEPORTE NACIONAL

(Galería)De 14, salió de El Venado: 15 años en fútbol femenino de Primera.

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La pasión por el fútbol se llevó a una familia entera del campo a la ciudad

«Buenos días…le comento que he estado leyendo sus publicaciones sobre las mujeres sancarleñas del fútbol de Primera y me parece muy bueno…sin embargo, me gustaría hacer de su conocimiento que olvidan a Julieth Arias, una joven madre de Venado de San Carlos…»

Wesley Arias Gutiérrez hermano de Julieth.

Así debe empezar esta nota. No lo sabíamos. Consultamos varias fuentes y no nos hablaron de ella. Pecamos. Pecamos de omisión.

La vida futbolística de Julieth Arias Gutiérrez merece capítulo aparte. Literalmente, según ella nos cuenta, debido a esta pasión por el fútbol, la familia dejó atrás su vida en el distrito # 10 del cantón de San Carlos, para acompañar a las hijas que harían carrera en el naciente fútbol femenino de Primera División. Eran los primeros años del nuevo milenio. Y sí, era Julieth y su hermana Sharon, quién también jugó algunos años en Primera, para luego dedicarse al estudio.

Pasión heredada

Su amor por el fútbol es una herencia de toda su familia, según nos dice Julieth. Su papá siempre jugó y su familia en general ha sido apasionada por este deporte. Por eso, primero se vino ella y su hermana para San José a los 14 años. Fueron tentadas por visores del fútbol femenino que anduvieron por la Zona Norte en aquellos años. De hecho, recuerda que Katherine Alvarado, (ver nota Tierra bendita para el fútbol Femenino), se fue para la capital dos años antes que ellas.

Las «descubrieron» en un torneo local femenino que se organizaba en esa zona. Katherine jugaba con Guatuso. Ella, con el equipo donde su papá Jaime Arias González, era el entrenador. Apenas estaba cursando el noveno año en el Colegio Técnico Profesional de La Fortuna de San Carlos.

«Fue un cambio muy difícil. Cambio de lugar, de entorno, de ambiente. Mis papás tuvieron que cambiar todo. Dejar todo por allá, su terrenito que tenían en Venado y venir a buscar hasta en que trabajar con tal de apoyarnos».

Julieth Arias en referencia a lo significativa que fue la decisión familiar para perseguir sus sueños de jugar fútbol en forma competitiva

Esta venadeña debutó a los 16 años en Primera División. El entrenador de Cartago la vio en ligas menores y la llamó a integrarse al cuadro brumoso. Ahí comenzó su historia en el fútbol mayor. Cartago, Saprissa donde jugó 9 años, Sporting F.C. recientemente, la Selección Nacional en muchas ocasiones y ahora, el equipo de Coronado.

Una vida «ajetreada».

Literalmente ha sido así. Julieth recuerda que ella muchas veces ha sido catalogada como una persona «rara». En lugar de ir al cine, a actividades familias, a eventos con sus amigas y amigos de secundaria o universidad, siempre corría. Sus carreras eran de las aulas a la casa y de ahí, a las canchas. Cuando jugó con Cartago, donde solo estuvo un año, era durísimo. Había que viajar a entrenar en las noches. Y lógicamente, no podía descuidar sus estudios porque siempre fue la exigencia de sus padres, lo cual hoy agradece profundamente.

«Cuando estaba en la Sele tenía que pedir permiso en el colegio porque se entrenaba en las tardes. Llegaba en la noche a hacer los trabajos del cole, me acostaba súper tarde y a madrugar de nuevo para volver al aula. Igual cuando llegué a la Universidad. Hubo un momento en que empecé a trabajar ya en mi carrera de Educación Física y entonces tenía que dividirme entre más ocupaciones»

Julieth sonríe al señalar que muchas veces ellas son señaladas como personas «raras».

Cambios positivos para el fútbol femenino

El fútbol es una pasión para la mayoría de los costarricenses. No obstante, para una mujer, practicarlo profesionalmente no es tarea sencilla. No existe comparación alguna entre el fútbol masculino y el fútbol femenino, aunque se hable de Primera División en ambos casos.

«Muchas veces no nos prestaban las canchas para entrenar porque llovía. Nosotras teníamos que hacer rifas para comprarnos nuestros uniformes. Ahora ha cambiado un poco, pero todavía falta muchísimo. Ahora por lo menos las televisoras transmiten fútbol femenino. Los instituciones grandes de Primera División en masculino, ahora incorporaron y apoyan económicamente en algo a los equipos femeninos, creo que es muy positivo para las mujeres. Ahora las niñas pueden ilusionarse más con llegar a jugar en Primera»

Julieth Arias ve como muy positivos los cambios que se han dado alrededor del fútbol femenino.

El fútbol que moldea vidas

Arias, actual guardameta del equipo de Coronado, tiene claro que el fútbol ha sido un aliado para su crecimiento en la vida. Es consciente de los sacrificios que ha debido sortear, pero también de como ha fortalecido su disciplina para no dejarse vencer ante las dificultades.

«Tengo que agradecerle tanto al futbol. Me ha hecho mejor persona. Me ha convertido en una persona segura, fuerte, decidida tanto en mi vida personal como laboral y profesional. Me ha hecho madurar y ha sacado cosas de mí que no sabía que tenía. Me ha hecho creer que los sueños se pueden lograr, se pueden cumplir. Que mientras uno tenga ese coraje para luchar por ellos, es posible.»

Julieth Arias sobre los aportes del fútbol a su vida
Juliet Arias celebra el haber representado al país como miembro de una Selección Nacional de Fútbol

Entre las anécdotas que recuerda el torno al fútbol, no olvida su primer viaje con la Selección. Por el temor que hasta hoy le generan los aviones, nos cuenta que desde que subió al avión y hasta tiempo después de estar en hotel donde se alojan, entró en una especie de «corto circuito mental» que no le permitía hablar. Ella es una persona extrovertida y aquello realmente causó gracia y extrañeza a sus compañeras de equipo.

«Amo Venado» y estoy agradecida

Julieth Arias agradece la cantidad de amigas que ha logrado hacer en su carrera tanto dentro como fuera del país. Atesora el haber podido representar a Costa Rica portando la camisa de la Selección Nacional. De igual manera, expresa su satisfacción de ser la representante de un pueblito rural del país como Venado. «Amo a ese pueblo», nos dice. «Hay muchas personas ahí que se sienten orgullosas de mí, porque se sienten representadas» y sé que me han apoyado siempre.

Un espacio especial en el corazón de Julieth lo ocupa su familia. Habla con una voz que vibra en ternura y amor sobre sus tíos, primos, abuelos, de la misma forma que lo hace sobre sus hermanos y sus padres.

Dice tener claro que hay ciclos que deben cerrarse y piensa en la opción de jugar 2 o 3 años más. Sobre todo, hace referencia a su pequeño hijo de 3 años, el cual cada vez demanda más de su tiempo y es a quién da prioridad en sus decisiones.

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