La profesión arbitral está reservada para un grupo «selecto» de personas. Eso se puede interpretar de lo que argumenta con propiedad, el presidente de la Asociación de Árbitros de San Carlos señor Rodolfo Cascante Alfaro.
El también árbitro, ahora retirado de las canchas, explica como se trabaja duro en la promoción para buscar nuevos talentos que se unan a la profesión, pero muchas veces «revientan» durante el proceso mismo de formación o al empezar con las primeras prácticas.
La presión psicológica se vuelve agobiante y algunos de los aspirantes, incluso durante las primeras prácticas se dan cuenta que su formación general, resulta incompatible con los reproches casi automáticos que reciben los silbateros dentro de los rectángulos de juego.
En el caso de la asociación que dirige Cascante, los agremiados son 50 aproximadamente y por fortuna, están en constante renovación etárea. Ya los árbitros más veteranos tienen más espacio libre el cual es asumido por los jóvenes.
Rodolfo Cascante, presidente Asociación de Árbitros de San Carlos