Una solitaria anotación de Kenny Hamm sobre el minuto 87, otorgó a San Carlos una nueva medalla de oro en Juegos Deportivos Nacionales en su XXXIX edición. Los norteños enfrentaron al cantón central de la provincia de San José, equipo que vendió cara su derrota y supo complicarle el juego a quién lucía como favorito después de las semifinales.
Control sí, goles no
Así fue el primer tiempo de la final. Y en realidad casi todo el partido. El equipo de la provincia de Alajuela llevó el peso del juego. Propuso siempre, tuvo más la pelota y buscó constantemente el marco rival. Tuvo ocasiones de gol, pero sin la claridad necesaria para acertar ante el marco josefino.
En la primera parte, San Carlos recargó mucho su juego sobre el costado izquierdo. Desde la salida con Emmanuel Arias en zona defensiva, hasta la combinaciones en sociedad de Andrey Soto y Fabián Pérez. Ese accionar, planificado o no, restó protagonismo a Kenny Hamm, un carrilero nato sobre la banda derecha.
En línea ofensiva, José Ignacio Hernández no logró recibir una habilitación con ventaja y su juego se convirtió en un a lucha por el desgaste de una ordenada defensa de San José, la cual encontró el equilibrio justo para evitar los goles sancarleños.
San Carlos inquietó con algunos centros, tras buscar línea de fondo, y con remates de media distancia. Por ahí un par de tiros libres en piernas de Hamm o de Fabián Pérez, pero el arco capitalino estaba «cerrado».
Minuto 3,¡peeeenal!
Sí. Apenas habían transcurrido 3 minutos de la etapa de complemento cuando el árbitro central decretó una discutida falta de penal sobre Emmanuel Arias. Hubo los reclamos de rigor, pero…ya la decisión había sido tomada.
Al cobro Andrey Soto. La estrelló en el horizontal. Un golpe directo a la moral del equipo, una acción que pudo cambiar la historia drásticamente.
En su defensa hablaré. Lo diré. Le pegó como se debe cuando se trata de un penal tan decisivo. Con potencia, con determinación, «sin jugar de grande».
Y bueno…lo demás…puede pasar. Claro que puede pasar. La pelota es redonda y no tiene marcas. ¿Por donde le debés pegar para enviarla con tanta precisión? No le reclamaría si en mí estuviera.
Lesión y cambios
En la segunda parte, se iba lesionado Luis Alejandro Castro. En ese momento, el técnico Oscar Alegre trató de reorganizar sus piezas para no perder fuerza ofensiva y no renunciar a buscar la ansiada anotación.
Andrey Soto debió sacrificarse para jugar en un puesto poco habitual para él, como un 9. De igual manera le ocurrió a Maikel González, quién debió retrasarse un poco, mientras Peraza adoptó su puesto habitual. Aparecía en el libreto Anthony Salas para imprimir velocidad por banda derecha y Kendell Glachins para ejercer mayor posesión de pelota. Salas Aportó, a Glachins le costó. Pero eso sí…sacó una falta. No fue una falta cualquiera. ¡No señor! La historia del partido fue una antes, y otra después de esa acción sobre el jugador de Talamanca.
¡San Carlos…papá…ahí les va!
Así pudo ser la idea de Kenny Hamm cuando se dispuso a ejecutar el lanzamiento de tiro libre que valdría una medalla de oro para San Carlos. Son de esas acciones que posiblemente se atesorarán en el corazón de un chico apenas adolescente. Quedarán ahí, grabadas en su memoria. Esas fracciones de segundo en que vas sobre un balón y le pegás de esa manera…como no recordarlas «eternamente». Y también su papá quién estaba de cumpleaños y recibía la dedicatoria de la anotación. El gol que vale por una medalla de oro,
Sí… fue un golazo de Hamm. El balón se fue directo…sin escalas…como una raya dibujada en el lienzo de un pintor. ¿Por qué nunca los pintores se inspirarán en eso? Seguro porque no han sido futbolistas. ¡Qué joya de gol! Merecedor de una medalla de oro…merecedor de un grito de júbilo…merecedor de un recuerdo indeleble en muchos de quienes tuvimos el privilegio de estar ahí.
El cantón de San Carlos tiene una nueva medalla en la historia de los Juegos Deportivos Nacionales en fútbol masculino. Yo cuento como 5…,¿cuántas serán en verdad? ¿Sabe usted?
